domingo, 15 de enero de 2012

La sal de la tierra


     Digamos que la perfección no es mi fuerte. Pero (¡maldita sea! ¡Mal-di-ta sea!) haces que quiera que lo sea.
     Y puedo estar pensando en ti durante horas y de repente darme cuenta de que son casi las tres de la mañana, y, ¿quién sabe? Igual podría considerarse una buena idea dormir.
Pero entonces es cuando empieza lo bueno. Porque mi mente enciende el aleatorio para la lista de pistas "Tú durmiendo", y entonces ya sé que no dormiré hasta que la batería se me acabe, y repasaré todos y cada uno de esos momentos y los haré de nuevo reales en mi mente hasta convencerme de que estás conmigo en la habitación... podría estirar el brazo y pincharte en la barriga sin problema. 
Pero claro, ahí no estás tú, ahí está la pared. 
Y te diré otra cosa, pincharle la barriga a la pared duele.

     Ahora en serio, tengo bastante suerte de que no te moleste mi falta de perfección. Casi no te fijas en esos detalles que a mí tanto me sacan de quicio, y creo que esa es otra de las razones por las que te quiero. No porque soportes mis cosas insoportables, si no porque todo lo ves con ojos amables, y parece como si realmente te costara ver lo malo... tendría miedo de que me estuvieras idealizando a lo grande si no fuera porque todo lo ves igual. 
Simplemente eres un alma de esas que sonríen todo el tiempo. Un alma nómada sin preocupaciones.
No sabes cuánto lo admiro.

     Pasa el tiempo y sigue sin dejar de fascinarme como tiras de mí hacia arriba cuando debes o me devuelves a la realidad cuando me estoy taladrando el cerebro a mí misma sin piedad. No digo que no fuera capaz de mantenerme en la cordura sin ti, pero, ¡pardiez! hay que ver qué fácil me lo pones.

     Eres la sal de mi tierra. A todo le das otra percepción: otro sabor, otros colores cuando la luz pasa a través de ti, otro olor (porque mi hermano, cuando era pequeño-pequeño, aseguraba que podía oler la cantidad de sal que llevaba la comida).
Con un poco más de tiempo que me des, ya seré capaz de mirar el mundo con ojos bondadosos como los tuyos, y seré otra alma de esas que sonríen sin parar.


     El mundo no tiene prisa por vernos correr de un lado a otro. Lo tenemos ahí para siempre. Se conforma conque se hayan cruzado las estelas de los aviones, todo lo demás pasará, tarde o temprano, pero pasará. Puedo esperar eternamente por un poquito más de sal.

Fordi jeg elsker deg!


*

0 rumor(es):

Publicar un comentario

 

camina, camina...

Image and video hosting by TinyPic

... y camina

Image and video hosting by TinyPic

desde los cielos, hasta..

Image and video hosting by TinyPic

the end of St.Petesburg

Image and video hosting by TinyPic