sábado, 31 de diciembre de 2011

Cambio de ciclo

Feliz año.

jueves, 22 de diciembre de 2011

Turba

(Supongamos por un casual que regresé de mi viaje imparable.)

Me acaban de decir en tono de voz amable que estoy cansada y se me nota.
¿Qué puedo decir? Creo que solo lo dejo ver cuando me paro.

La distancia emborrona los recuerdos e invita a la imaginación a rellenar los huecos vacíos, en mi caso, con lindezas.
Soporté la tensión de estas últimas semanas porque me prometí a mí misma como premio volver a casa. Era un premio inevitable, pero estar tan nerviosa durante tantas horas maquilló   poco a poco y cada vez más lo que en principio era solo un hecho hasta convertirlo en un sueño, un Edén que pronto se convertiría en realidad. Y claro, esto es lo que siempre me pasa por perder la perspectiva.

"Son feos. Y más que ser feos, es su expresión... son infelices, están enfadados y tristes. Son desagradecidos, con todo lo que tienen y sienten que no tienen nada. No saben apreciar. No saben apreciar la vida."

Quiero conservar esta definición de la turba para nunca convertirme en parte de ella.
No estaba preparada para salir ahí y que toda esa hostilidad e infelicidad me comieran viva.

Y luego la lucha interna sobre contemplar la única y auténtica estupidez que los embadurna, y el propio sentimiento de culpabilidad por ser tan arrogante como para verme superior a ellos. Los típicos sentimientos de decepción tras haber idealizado (ahora que lo pienso, quizás tan solo olvidado).

Y sí, he escogido la palabra "turba" por su otra acepción. Porque me da la impresión de que realmente no son conscientes de que son solo materia orgánica que se comprimirá y que será utilizada como combustible para esta gigantesca y monstruosa máquina que no funciona como debería. 
Para vuestra información, "querer querer querer querer querer" es muy diferente de "necesitar". Tienen poco vocabulario. Analfabetos funcionales... pché.


... Será una larga pausa. Siempre estoy diciendo que me tengo que tomar las cosas con filosofía y siempre estoy a un paso de conseguirlo, pero no presto suficiente atención.
Hagamos de esta pausa mi oportunidad para aprender por última vez lo que tenga que aprender de la gran turba sucia y vibrante (como un gran insecto atrapado en un vaso boca abajo), y así no tener que volver a volver. Volver a ser tan sensible a lo perdidos que están en la vida, a su frustración sin palabras ni dirección.

No debo olvidar que yo sí que soy agradecida. Por absolutamente todas las personas que conozco, absolutamente todas las cosas que tengo, absolutamente todas las situaciones que vivo.
Mi agradecimiento se escribe con permanente. Después de grabarlo en piedra. Antes de criogenizarlo para siempre.

Y buenas noches.

:)

jueves, 8 de diciembre de 2011

3... 2... 1... (y matarse suavemente)

"Venga, ilumínate de una maldita vez..."

Si es que lo que más miedo me da es quedarme estancada. 
Y estos días son, sinceramente... mi pausa más larga hasta ahora.

Por supuesto que soy consciente de lo que está pasando, ¿por qué te crees que invité a todos mis defectos a jugar al mismo tiempo?
Ningún personaje es inocente en esta farsa. Lo que comienza como pararse unos segundos para recuperar el aliento termina en un vórtice de culpabilidad y odio encubierto por indiferencia. Indiferencia hacia mí misma. No puedo expresar lo despectivo que es eso.

No entiendo porqué una parte de mí insiste en que no me merezco todas las cosas buenas que tengo. Me he atacado más de una vez, he sido dura, cruel, me he cansado y he exterminado todo lo que tenía. Sin piedad.

Acabo de leer que la autodestrucción es una manera de suicidio a largo plazo.
Cuando por fin consigo tenerlo todo en mi vida (y soy tan arrogante que lo exijo), entonces es probable que aparezca. Solo durante unos días. Como mucho unas semanas.
También es un mecanismo de defensa ante el miedo a fracasar.

(También es esta oscuridad que me engulle, el darme cuenta de repente de en qué momento estoy de mi vida, el recordar ese fantasma que he intentado desterrar tantas veces, sin conseguirlo del todo, también es mi egocentrismo y mi falso sentimiento de soledad. Auto compasión. Auto asco. No hay piedad para los débiles.)

Me preocupo pero no me preocupo. Sé leerme a mí misma, cada vez me conozco mejor.
Volveré a caer en mi agradable nube de sonrisas y despreocupaciones y felicidad y plenitud, tengo motivos para ello y todo de mi parte.


"Venga... solo unos días más..."

miércoles, 2 de noviembre de 2011

De elskende som lurte dødens tjener


Los caminos que tomo últimamente están siempre llenos de niebla, y cubiertos de hojas naranjas, amarillas, rojas y marrones. Aunque sea de día, la gente que pasa por los caminos lleva farolillos para no perderse, me recuerdan al desgraciado Diógenes que hace ya meses que no vuelve por su tinaja.
Caminando por una carretera recta, apareció una figura oscura e inmóvil ante mí. Me acerqué con cuidado, y respiré aliviada al comprobar que solo se trataba de una gran roca. Me di cuenta de que había runas inscritas al tiempo que la niebla se hizo más densa y comenzó a empaparme.
Un farolillo se acercó hasta donde estaba, y su dueña, una niña de unos diez años y largas trenzas doradas, se paró a observar la piedra junto a mí.


-Es una hermosa historia- dijo, al cabo de unos minutos. Por su manera de hablar y de mirarme me percaté de que no era humana, y ciertamente no tan joven como aparentaba su disfraz.
-Las runas son hermosas, pero no sé descifrarlas- dije despacio, con el corazón latiendo fuerte.
Los ojos de la niña brillaron.
-Te las leeré- sugirió. Asentí, consciente de lo peligroso que es tanto aceptar como rechazar el ofrecimiento de una criatura del bosque.


-Es parte de una historia que tiene muchos nombres, pero se conoce como "historien om draugar og huldra", la historia del draugar y de la huldra.


Cuentan que un día un hombre despertó en el medio del bosque convertido en draugar. Su cuerpo parecía humano, pero era azul oscuro y tan pesado que tardaba horas en moverse. Tenía un apetito voraz por todo lo que había a su alrededor, pájaros, ciervos, incluso troncos de los árboles y hasta rocas. Cuando captó su propio olor se dio cuenta también de no respiraba y su corazón no latía. Pero, como todos saben, los draugar no  están muertos del todo. Esto le hizo pensar durante horas sentado en el suelo del bosque, bajo la lluvia, pero inútilmente, porque no recordaba quién era ni cómo había muerto.


Ante él se apareció una figura hecha de sombras, con una gran sonrisa de dientes afilados, que lo saludó cálidamente. Si el draugar hubiera sido un hombre, hubiera recordado todas las historias que sus padres le contaron, pero el draugar no tenía memoria y se confió al espíritu de sombras. Éste le dijo que su cuerpo de hombre estaba en algún lugar del bosque, y que para volver a vivir debía encontrarlo y averiguar su nombre. Pero había una criatura malvada guardando su cuerpo, la misma criatura que lo había matado.
El draugar en seguida sintió odio hacia su asesino y preguntó al espíritu donde podía encontrarlo. El espíritu sonrió y lo llevó a través de las rocas a un claro en el bosque.



"No dejes que hable, es una criatura que te hipnotizará y te hará su siervo. Aunque lo parezca, no tiene sentimientos. Recuerda, debes preguntarle tu nombre, y si deseas su muerte, la única manera de conseguirlo es quemándola en una hoguera."


El draugar esperó durante dos días y dos noches, y al tercer amanecer apareció su asesino.
Se trataba de una bella mujer desnuda de pelo claro largo y enredado, y ojos verdes.
El draugar estaba confuso, y sin saber porqué, sintió amor por la mujer y deseos de poseerla. Pero entonces la mujer se dio la vuelta, mostrando una larga cola de vaca y un enorme agujero en su espalda, con aspecto de un tronco de árbol vacío. Se trataba de una huldra, una criatura astuta y maligna de los bosques que rapta a hombres y mujeres para llevarlos al inframundo.


Recordando las palabras del espíritu de sombras, el draugar intentó atrapar a la huldra, pero ella ya se había percatado del hedor a muerte, y rápidamente ató una cadena de hiedras alrededor de su cuello. No contestó a las preguntas del draugar, a pesar de las amenazas o las súplicas. 
Lo arrastró con una fuerza sobrehumana por los bosques durante años. 
Parecía que buscaba algo. Hablaba con los árboles más antiguos y las cascadas más puras, les susurraba durante mucho tiempo, hasta que al final extraía una pequeña bola de luz que inmediatamente guardaba en el gran agujero de su espalda.
La huldra nunca hablaba al draugar, y si lo miraba se le llenaban los ojos de lágrimas, con lo que a él le parecía imposible lo que había dicho el espíritu de las sombrar sobre la maldad de su captora.


Un día, se encontraron un ciervo blanco que brillaba con la lluvia. Ante el poder que el ciervo manifestaba, la huldra se tiró al suelo suplicando entre lágrimas en una lengua desconocida. El ciervo escuchaba sin decir nada, y finalmente alzó la mirada al cielo, abrió la boca, y de ella salió una gran esfera de luz brillante.
Cuando la huldra iba a cogerla, apareció de la nada el espíritu de las sombras, y se la arrebató. Al querer recuperarla, la huldra soltó sin querer la cadena de hiedras, liberando al draugar. Éste, en vez de huír o matar a la huldra, sujetó al espíritu de sombras por el cuello, pues a lo largo del tiempo había pasado a enamorarse de su captora.
Solo los draugar pueden mandar a las sombras al inframundo para siempre, así que apretó sus manos alrededor del cuello hasta que se convirtió en humo, y solo quedo la bola de luz.


La huldra sacó del agujero de su espalda las cientos de perlas de luz que había recolectado a lo largo de diez años, y luego un gran bulto de pieles de zorro que no parecía que hubiera cabido dentro del hueco del tronco.
Cuando la huldra separó las telas, el draugar ahogó un grito al verse a sí mismo: era su cuerpo humano. 
La huldra hizo que el cuerpo tragara todas las perlas de luz una a una, y el draugar fue aspirado hasta hacerse uno con el cuerpo.


Cuando abrió los ojos, estaba respirando y su corazón latía, y recordaba su nombre, Rune. Recordaba que jamás debes decirle su nombre a un draugar o morirá del todo porque no tiene nada más que le ate a este mundo. Recordaba que la huldra se llamaba Signe y que se habían amado desde que eran niños.
Celoso de su amor, el espíritu de las sombras había intentado seducir a Signe, pero ella se había negado. En venganza, el espíritu mató a Rune. Pero Signe, que conocía magia antigua, consiguió convertirlo en draugar y llevar el cuerpo de su amado consigo hasta conseguir las bendiciones de todos los seres sagrados del bosque para devolverle la vida.


Reunidos por fin, Rune y Signe vivieron felices para el resto de sus días. 


Y ésa es la historia que demuestra que las huldras pueden ser seres bondadosos.






-¿Qué te ha parecido?
-... una historia magníficamente contada- tragué saliva, pálida.
La niña me sonrió.


Tuve que darle todas las cosas de valor que llevaba para poder irme con vida, y caminar descalza el resto del camino.




*

lunes, 24 de octubre de 2011

Tomorrow


"We might at least grant death a little respect, however. We might nod to the fallen leaves, to the shuttered windows where vanished generations once thrived, to various culture heroes who, though celebrated as "immortal" and "indestructible", have perished along with the rest. And we might remember how a person dear to us went out one promising day into this land of benign ongoingness, and...

Tomorrow is something of a rumor and something of a ruse. Tomorrow is a clever and effective way to keep us going. Tomorrow is a point of focus for our thoughts and feelings that might otherwise skirl about aimlessly. For myself, I approve of tomorrow, but I don't much trust it. I would not want to save my life up for tomorrow any more than I would want to burrow myself in the past. Can we have a psycology of death that helps us to find a balance between yesterday, today, and tomorrow?
Is there any other psycology of death worth having?"
The Psychology of Death
Robert Kastenbaum

sábado, 22 de octubre de 2011

Escaramuzas de rosas

(Murmuro del pasado)
I

Cuando todo se derrumba,
cuando ya no queda nada,
todo ruinas, todo escombros,
todo vanas esperanzas,
todo esa luna fría
muerta, gélida, helada,
todo deseos sinceros
de que quizás me besaras,
glorias vividas en sueños
y tristes cuentos de hadas,
relatos que no existieron,
que nunca llegan a nada,
que el mundo está aquí fuera
y no en esa mente aislada
que crea mundos mejores,
que siempre renace al alba,
y que desea con fuerza
ser libre, abrir las alas...

Cuando todo se derrumba, 
cuando ya no queda nada,
todo gritos, todo sombras,
todo llantos sin palabras,
cuando el dolor que se siente,
perlas de desesperanza,
torpes versos sin sentido,
torpes ideas sin cara,
cuando siento que me muero,
espinas encadenadas,
sucio, gris, asfalto hueco,
(llueve) sola, empapada,
cuando mi nombre es del viento
y la multitud me traga,
sin rostro, mente, aliento,
perdida, perdida el alma...

Cuando todo me supera, 
los recuerdos me embargan
(horas pasadas con nubes,
crepúsculos bajo el agua,
suaves cintas de colores,
sonrisas que tocan almas),
me doy cuenta.
Lo que me quedas
eres tú.

II

¿Oyes el leve flotar
de las alas de mariposas?
Son todos mis errores,
espejos, reflejos, cosas.
Teñir de lila las sedas,
cuentas de abalorios rojas,
querer besarte sin pensarlo,
soplar palabras amorosas,
mar escondiendo sirenas
entre lágrimas verdosas...
Telarañas grises,
laberintos de amapolas,
claves de sol torcidas 
y mentiras piadosas.
Errores de plumas negras,
palabras dolorosas,
falsa fe, ídolos falsos,
sueños, esperanzas rotas.
Delicada y traicionera,
hasta a veces venenosa,
suaves labios escarlata,
duras espinas, valerosas,
hechas de puras falacias,
engañando...

cual...

araña.

Y son todos mis errores,
espejos, reflejos, cosas,
los que entorpecen y engañan:
escaramuzas de rosas.


III

Me voy. Aterrizaré aquí el 13. Despertaré el 14.

Os veré cuando os encuentre.
Os bucaré cuando os sienta.
Os recordaré cuando entre.

"... Y porque no siempre queremos mirarnos al espejo... Brindemos, mi amor".



Esparadrapo.

viernes, 21 de octubre de 2011

Fibra sensible


(¡Electra!)


Lo peor (está bien, seamos positivos, lo "menos bueno") es que por muchas vueltas que le des a esto, por mucho que lo mires, lo analices, y lo entiendas... no lo resuelves. Te da miedo no ser capaz de resolverlo nunca.
Pensaste que con entender el problema, éste ya se iría, pero hace ya años de eso, y a veces crees que eres tú el que se engancha a él porque te da demasiado pánico pensar en cómo serían las cosas si no fueran como son ahora mismo.
Miedo al cambio. ¿En serio? Monotema recurrente. Ya te vale.

Cuando cogiste las cosas y te fuiste, decidiste hacer borrón y cuenta nueva contigo mismo, así que también está permitido que hagas borrón y cuenta nueva conmigo. Al fin y al cabo eso es lo que hacemos, nos lo permitimos y nos lo perdonamos todo porque "para eso estamos".

Pero a veces te toco la fibra sensible. Y ya sé cómo eres. Sentimiento de culpabilidad por el tiempo perdido, las horas de ansiedad, el no saber qué es lo que pasa exactamente y el no ser capaz de darme un abrazo. No ser capaz de escribir esto para que yo lo entienda y hacerlo precisamente aquí porque sabes que nunca lo leeré.

Jamás podrás decirme lo que leíste sobre mí que te hizo pensar que éramos muy similares. Jamás dejarás que sepa que viste mi parte vulnerable, herida, y débil.  Porque cuando me miras, todavía me miras con ojos grandes de bebé que no entienden nada. Jamás podrás decirme nada de esto, prefieres pensar que cuando cogiste las cosas y te fuiste, realmente se hizo borrón y cuenta nueva. A la misma vez sé que es muy cobarde ignorarlo todo y simplemente aceptar la normalidad como si nada, en vez de enfrentarnos, pero creo que los dos estamos escogiendo eso. ¿Y quién eres tú para poner en duda lo que yo escojo? Así te he enseñado.

Basta por hoy.


(Podrías seguir durante horas, durante páginas y páginas, pasando por todos los tipos de sentimientos. Pero no podrás resolverlo nunca. Así que para ser lo más práctico posible, se acabó el tema...
... hasta que vuelvan a tocarte la fibra sensible como la vibrante cuerda de un bajo lleno de electricidad estática, enterrado profundamente en el humo de todos esos cigarrillos que me han fumado alguna vez.)




*

lunes, 10 de octubre de 2011

Síndromes y otros cuentos

Quedar cristalizado para siempre o salir volando. 
Creo que está más que claro.


Diógenes mira el mundo con una mezcla de desprecio y diversión. Tiene la mente tan revuelta que las gentes se debaten entre si es un loco o un sabio. A él no le importa, al igual que no le importa fracasar cada vez que sale de la tinaja donde vive con una lámpara en la mano, buscando hombres honestos, por todo el mundo.
A veces camina durante años, sin descanso. Y es así como me lo encuentro cuando necesito aprender algo de él, se cruza en mi camino y me recuerda sin piedad que tengo su síndrome.

Diógenes se burla de necesitar cosas y personas, y de nuestro afán de acumular y poseer para intentar alcanzar en nuestra mente la idea de lo completo, perfecto y eterno.

(Hay días que simplemente no puedo con mis imperfecciones. El defecto que supone ser impaciente, con todo, conmigo misma, y el ser impaciente por eliminar mis defectos, se convierte en un círculo vicioso que necesita ser parado ya.)

Esta vez me ha mirado de manera diferente, como si realmente hubiese aprendido algo desde la última vez que nos vimos, pero como si hubiese permanecido exactamente igual o incluso empeorado en algo que tendría que haber superado hace tiempo. Qué desastre, qué decepción.
Supongo que tengo el síndrome de Diógenes emocional, yo, que me creía demasiado buena como para caer en esas cosas.
Hoy la luna está casi llena y él me susurra que se abre un nuevo ciclo, o que empieza a cerrarse un ciclo antiguo. Cualquier excusa es buena, cualquier día es bueno para dejar lo viejo y atormentado atrás.

"Despréndete, viaja con menos peso."



Hoy no puedo discutir con él hasta altas horas de la noche sobre la necesidad de algunas cosas, hoy le doy la razón. 
Lo innecesario es innecesario. Fuera de mi mochila.




Au revoir.

martes, 13 de septiembre de 2011

Cosas que.




(Directa al grano.)
... tenemos que escapar, porque...




Tenemos una chispa que prende un fuego inmenso. Y lo consume todo, siempre hambriento de más y de más.
No se detiene.
No puedo detenerme ahora.
Como cuando empezamos a caminar, sea donde sea, empezamos y aunque solo deseemos volver a casa a abrazarnos, no podemos parar, porque todo lo que hay se ve con una luz diferente, todo tiene un significado especial, aparecen cosas que habían sido invisibles o simplemente demasiado tímidas hasta entonces, los monstruos se quitan las máscaras para sonreírnos, los fantasmas bailan a nuestro alrededor, las estrellas nos llueven... el mundo es nuevo y me traes buena suerte.
Me relajas, me consuela verte, para ti quiero perder esa parte de mí tan vulgar y normal, esa que casi no se cree que existas todavía.


¿Y ahora qué? Ahora estás haciendo la maleta aquí a mi lado mientras que te pongo la estúpida canción "Cosas que joden", y es que, ¿qué quieres? Así me vas a dejar, jodida, tirada, abandonada en la cama golpeando con los puños el hueco vacío a mi lado...


Tienes que creerme, que tenemos que escapar, vamos a donde sea, el solo hecho de viajar ya nos llenará por completo.
Porque tú eres así, y serás así toda tu vida, ¿verdad? No necesitas demasiado para ser feliz, sólo notar el aire pasar y saber en el fondo-fondo que eres completamente libre.
...otro nómada imparable. Nunca había conocido a otro antes (tienes viento detrás de los ojos), es por eso por lo que estoy tan irremediablemente adicta.








 (Te chutaría en vena hasta volverme zombie).














.

viernes, 12 de agosto de 2011

Volveré a por ti


Porque podríamos pasarnos la noche entera simplemente hablando, y a la vez eso nunca nos llegará del todo.


Marcharme me pareció inoportuno en muchos momentos, y para mí ya es típica la situación en la que maldigo a mi yo del pasado por tomar las decisiones que tomó. Marcharme me pareció inoportuno, y un capricho. Pero ahora creo comprender un poco mejor a qué vino todo esto.


Quién me diera poder contar siempre con la tranquilidad con la que cuento ahora. Creo que cuando paso el umbral de la puerta pierdo toda capacidad de reflexión y me limito a respirar y a reaccionar. Pero si me siento y pienso las cosas, nunca tengo miedo.


Tengo toda la suerte del mundo, y, buenas noticias, es una energía renovable.






(Me duele un poco, pero solo un poco, haberte dejado atrás. Se me queda la mente pensando en todos esos momentos que podríamos estar pasando ahora. Pero a la vez estoy segura de que así es perfecto.
De todas formas, ya sabes que volveré a por ti. 
Volveré a por todas aquellas personas que me demuestran que saben demostrar las cosas, y no solo hablar. 
"Todo es perfecto, créeme. Estaremos juntos antes de que te des cuenta" Y aprovechando la proximidad que exigían sus susurros, le robó un beso que ella no tenía intención de negar.)




Entrada sin toda la intención romántica que le he dado... falta de costumbre...

martes, 26 de julio de 2011

Carta de presentación

Cree que no nació nunca, sino que lleva caminando desde siempre.
Alguna vez oyó que los primeros pasos son los más difíciles, pero no lo recuerda. Su naturaleza le impide aferrarse al pasado, es siempre hacia delante, siempre hacia delante, cambiando todo a su alrededor, borrando de su memoria todo lo ocurrido... destinada a caminar  para siempre sin guardar nunca nada para ella.
Vivir sin recordar.
Dejar pasar.
A veces pienso que está loca, otras que tiene la clave para ser siempre feliz. (Debería haber un punto medio.)
Al fin y al cabo conviene no olvidarse de que estamos de paso.
Supongo que para todo el mundo llega un momento en el que se vuelve muy consciente de esto, y entonces comienza la angustia, las prisas por vivir y embotellar cada momento para siempre en el formol particular de cada uno.
Dos décadas de vida es poco tiempo, y puede parecer presuntuoso que trate de sacar conclusiones sabias a mi edad y en mi cómoda situación. Además, no soporto a la gente que escribe en estos sitios como si su opinión fuera de grandísima importancia, o fuera a cambiar la vida de otras personas.
Así que quiero dejar claro que este lugar está destinado solamente a ser el sitio donde pongo mis pensamientos en orden, precisamente para alcanzar la tranquilidad que necesito para entender y aceptar ser una nómada imparable, para aprender a disfrutar cada momento, para sacar cosas buenas de absolutamente todo a mi alrededor.
Aquí comienza este viaje.

(Pido sinceras disculpas por la pésima calidad de esta entrada. Los primeros pasos son los más difíciles, necesito pillar carrerilla.)





(La imagen, de mi admirado Yann Arthus-Bertrand. Con la idea de romper el hielo.)
 

camina, camina...

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... y camina

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desde los cielos, hasta..

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the end of St.Petesburg

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