Y cabreadas porque alguien dejó publicidad en sus parabrisas. Yo no me metería con ellas, no hoy.
Tienen las uñas rotas.
La temperatura de sus frentes crea vaho en el frío aire del domingo. La habitación está llena de humo silencioso (gargantas secas y bocas pegajosas), una incluso se comió su colilla la noche anterior.
¿No se puede vivir tan fuerte, princesitas? ¿No se puede morir tan suave?
Dímelo tú, Miss Take.
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